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Capítulo 34.

La puerta de la oficina de Seokjin se cerró con un golpe seco detrás de él, y el eco del ruido resonó en el espacio vacío. Sus pasos apresurados lo llevaron directamente al escritorio, donde un mar de carpetas desordenadas y hojas garabateadas con notas urgentes se amontonan sin control. Se pasó la mano por el cabello, respirando profundo mientras observa la lista de correos electrónicos no respondidos que parpadea en la pantalla de su computadora.

—No puedo creer que hayan tantos problemas —dijo para sí mismo mientras negaba con la cabeza.

El teléfono vibró en la esquina de la mesa, era un mensaje de Solar, su secretaria.

"Señor, los de Synergy Media están furiosos. Están esperando su llamada. Dijeron que si no hablaba en la próxima hora cancelan todo."

El corazón de Seokjin latió con fuerza. Synergy Media era uno de sus clientes más importantes, y Hyuwon había arruinado su última campaña, dejándolos a merced de una competencia feroz. Si los perdía, las consecuencias serían devastadoras para la agencia y Jungkook confiaba en él para mantener el barco a flote mientras lidiaba con sus propios problemas.

Seokjin marcó el número de Synergy Media, su mano temblando ligeramente sobre el teléfono. Al tercer tono, la voz fría y dura de Patrick Evans, el CEO de Synergy Media, retumbó en su oído.

Seokjin, espero que tengas algo bueno que decirme porque sinceramente estoy a un paso de firmar con Visionary. La última campaña fue un desastre. ¿Qué pasó? ¡Los resultados que nos prometieron no llegaron ni a la mitad!

El subdirector tragó saliva, sabía que arreglar las cosas no sería fácil.

—Patrick, antes que nada, quiero disculparme por lo ocurrido. No hay excusas para lo que pasó con la campaña y te juro que no volverá a suceder.

—¡Eso no es suficiente! —dijo enojado—. Mis inversores están furiosos. Me estoy jugando la imagen de mi marca por confiar en ustedes y no me queda mucho tiempo para corregir este error.

Seokjin cerró los ojos un momento, buscando la mejor forma de manejar la situación. Hyuwon había tomado decisiones terribles, contratando a equipos inexpertos y destinando recursos a campañas menores que no rendían frutos. Y ahora él estaba recogiendo los pedazos.

—Entiendo tu frustración y tienes todo el derecho de estar molesto. Pero quiero que sepas que, personalmente, estoy tomando el control directo del proyecto. Ya he hablado con nuestro equipo creativo y estamos trabajando en un rediseño completo de la estrategia. Te puedo enviar una propuesta actualizada en las próximas 48 horas, sin ningún costo adicional.

Hubo un largo silencio del otro lado de la línea. Seokjin podía sentir cómo Patrick evaluaba la oferta, pensando en si confiar de nuevo en la agencia o cortar los lazos definitivamente.

—¿Y por qué debería darles otra oportunidad? ¿Qué garantiza que no volverán a fallar?

Seokjin apretó el borde del escritorio con su mano libre, la desconfianza hacia ellos era razonable pero tenía que arriesgarse para salvar la situación.

—Porque entiendo lo que está en juego, Patrick. No te estoy ofreciendo promesas vacías. Te garantizo que esta vez todo será diferente. Yo me voy a encargar personalmente de supervisar cada paso del proceso, desde la creación del concepto hasta la implementación en los medios. Y si no estás satisfecho con los resultados, no pagarás nada. Esta vez, no hay margen para errores.

Hubo un silencio, que para Seokjin se sentía abrumador. Luego de unos segundos, al otro lado de la línea, escuchó un largo suspiro.

Tienes 48 horas —contestó finalmente—. Si no veo algo que me convenza, estoy fuera. Y será mejor que sea bueno.

—Te lo prometo. No te decepcionaremos.

La llamada se cortó y Seokjin dejó caer el teléfono sobre el escritorio, su cuerpo lleno de adrenalina. Se quedó mirando la pantalla unos segundos antes de levantarse de golpe y salir rápidamente de su oficina para dirigirse a la sala de reuniones, donde su equipo creativo lo estaba esperando.

—¡Escuchen! —habló al instante después de entrar—. Synergy Media está a punto de irse. Tenemos 48 horas para presentarles una campaña nueva, algo que sea fresco, impactante y que recupere su confianza. Necesito todos los recursos que tengamos, todas las ideas. No podemos permitirnos perder esta cuenta.

El equipo se miró entre sí, sintiendo la urgencia en la voz de Seokjin. Sabían que la agencia estaba en problemas y que este era un momento crítico.

—Reúnan sus mejores conceptos. Esta noche no hay descanso hasta que tengamos algo que valga la pena.

Con eso, Seokjin se lanzó de lleno al trabajo, revisando cada detalle de la campaña, consciente de que no solo estaba tratando de salvar a Synergy Media, sino también la reputación de la agencia y, por extensión, la de Jungkook. Hyuwon había hecho un caos, pero Seokjin estaba decidido a hacer lo que fuera necesario para arreglarlo.

✧✦✧

Jimin estaba sentado en la mesa de la cocina, con Ayla en su silla alta frente a él, dándole puré de verduras ya que eso era lo único que podía comer con facilidad. Taehyung, mientras tanto, estaba apoyado contra la encimera, bebiendo agua mientras ambos debatían qué hacer para encontrar pruebas contra Hyuwon.

—Sinceramente no se qué podemos hacer —dijo Jimin, sin apartar la vista de su hija—. El señor Hongseok no ha podido conseguir nada sólido, lo único que tenemos fue lo que encontré en la oficina de Lucius. Pero no hay nada más que nos ayude a demostrar que él tuvo que ver con el envenenamiento de Jungkook.

—Tu tío político si que es una rata escurridiza —comentó Taehyung recibiendo una mirada de desaprobación por parte de su amigo—. Al fin de cuentas es tu tío político.

Jimin negó con la cabeza y Taehyung dejó el vaso de agua sobre la mesa, luego se dirigió a la nevera en busca de algo para comer. Sacó un bote de helado y sin querer miró hacia una esquina, fue entonces cuando su mente conectó algo.

—¡Las cámaras! —gritó de repente, cerrando la puerta de la nevera con entusiasmo.

El grito repentino sobresaltó a Jimin, quien, en su intento por darle más papilla de verdura a Ayla, terminó derramando un poco de esta sobre su camisa. La pequeña también se asustó, pero tras un segundo de sorpresa, soltó una risita divertida al ver la reacción de su papá.

—¿Qué cámaras? —preguntó mientras se limpiaba, tratando de ocultar la sonrisa que le causaba la risa de su hija.

—¡Las cámaras, Jimin! —Taehyung se acercó emocionado—. ¡Las cámaras de seguridad de la pastelería! ¡Tenemos cámaras ahí!

Jimin parpadeó un momento, sorprendido. Claro, las cámaras. ¿Cómo no se le había ocurrido antes?

—Tienes razón —dijo lleno de esperanza—. Si son la misma persona, seguramente sabe quien es el verdadero responsable.

Taehyung sonrió, claramente orgulloso de su idea.

—Si conseguimos esas grabaciones, al menos tendremos una pista concreta. ¡Podremos buscarla y obligarla a confesar!

Jimin asintió, pero entonces miró el reloj y recordó algo importante.

—¿Entonces qué esperamos?, vamos a ver las grabaciones.

—No puedo ir contigo a revisar las cámaras.

—¿Por qué no?

—Tengo que ir a la oficina a dejar unos documentos. Seokjin se los pidió a Jungkook, y él los tenía aquí. No puedo dejarlos para después, son urgentes —explicó mirando los papeles en la mesa cercana.

—No te preocupes, yo las reviso y te mando lo que encuentre.

—Bien.

—Y Ayla, ¿quieres que la lleve conmigo?

Jimin negó con una sonrisa.

—No te preocupes, la llevaré conmigo. Igualmente no haré nada más ahí, solo dejaré los papeles.

—De acuerdo, entonces me iré ya para revisar las cámaras.

✧✦✧

Jimin llegó a la agencia cargando una carpeta de documentos bajo el brazo, con Ayla acomodada en su portabebés. Su hija estaba tranquila, mirando curiosa a su alrededor mientras caminaba hacia la oficina de Seokjin. Sentía un poco de nostalgia al estar en la agencia nuevamente y así mismo un poco de tristeza porque Jungkook todavía no estaba ahí.

Cuando entró, el bullicio de la agencia era el de siempre a simple a vista: llamadas telefónicas, conversaciones rápidas y teclados resonando. Sin embargo, no tardó en notar las miradas de algunos empleados, sorprendidos al verlo allí con su bebé.

Pero era comprensible, no todos sabían que tenía una hija. Igualmente no le dio importancia a aquellas miradas curiosas.

—¡Jimin! —exclamó Hyunah al verlo, ella iba caminando por el pasillo de regreso a su puesto en recepción—. Que agradable sorpresa, ¿qué haces aquí? Pensé que estarías con el jefe.

Jimin le sonrió mientras caminaba hacia ella y se detuvo cuando ambos quedaron de frente.

—Iré al hospital pero Seokjin necesitaba unos documentos que Jungkook tenía en casa. Y bueno... aquí estoy —respondió, señalando la carpeta.

—¿Y trajiste a la pequeña princesa contigo?

Jimin asintió, acariciando suavemente la cabecita de Ayla.

—Sí y está siendo un ángel, por suerte.

Hyunah miró a la bebé y luego volvió su atención a su amigo.

—Bueno, si necesitas ayuda con ella mientras estás aquí, no dudes en decírmelo —ofreció—. Me encantaría pasar tiempo con Ayla. Puedo cuidarla mientras haces lo que tengas que hacer.

—No quiero causarte molestias —dijo Jimin—. Además, no tardaré. Solo dejaré esto y me iré.

—Por favor —dijo Hyunah, sonriendo de oreja a oreja—, hace mucho que no veo a Ayla y mi trabajo es bastante tranquilo por ahora. Te lo juro, no será problema para mí —juntó sus manos en forma de súplica e hizo un puchero triste en sus labios.

Jimin la miró un segundo más antes de suspirar, aceptando su ofrecimiento.

—Está bien.

Hyunah sonrió, emocionada. Tomó a Ayla con suavidad del portabebés mientras Jimin se lo quitaba y la acomodó en sus brazos, haciéndole pequeños sonidos de cariño a la bebé. Ayla, sorprendida al principio, pronto sonrió encantada con la atención.

—No te preocupes por nada —aseguró Hyunah, balanceando a Ayla con cuidado—. Nos vamos a divertir mucho, ¿verdad?

Jimin sonrió y miró como Ayla ya estaba jugando con el collar de Hyunah.

—Bien, entonces ya vuelvo —dijo Park—, si necesitas algo, estaré en la oficina de Seokjin.

Hyunah asintió.

—Ve tranquilo. Yo me encargo de la princesa.

Jimin le dedicó una última sonrisa antes de dirigirse hacia la oficina de Kim.

✧✦✧

El ambiente en la oficina estaba cargado de tensión. Seokjin apretaba la mandíbula mientras observaba los últimos bocetos proyectados en la pantalla de la sala de reuniones. Ninguno de los diseños parecía lo suficientemente impactante para la importante campaña de Synergy Media.

—Esto no es suficiente —dijo frustrado—. Necesitamos algo que sorprenda, algo que haga que el cliente se enamore de la propuesta. Y lo necesitamos ahora.

El equipo creativo, agotado por las largas horas, permanecía en silencio. Kevin carraspeó antes de hablar.

—Seokjin, estamos haciendo lo que podemos, pero hemos perdido personal, y con el tiempo que llevamos... no damos para más. Necesitamos refuerzos.

Seokjin lo miró con los ojos entrecerrados, consciente de que la situación era crítica. Los problemas que había traído Hyuwon en los últimos dos meses habían dejado el departamento al borde del colapso, incluso hubo un recorte de personal a manos de él.

—Lo sé, pero si no entregamos algo increíble mañana, podemos dar por perdida la cuenta de Synergy. No tenemos otra oportunidad para remediar lo que ocurrió.

Jade y Cindy, también presentes en la reunión, asintieron de manera silenciosa. Sabían que Seokjin tenía razón, pero simplemente no había suficiente personal para manejar la carga de trabajo. En ese preciso momento, la puerta de la sala se abrió, y Jimin entró cargando una carpeta bajo el brazo.

—Lamento interrumpirlos.

Los demás negaron con la cabeza y sonrieron al verlo pero Jimin notó el ambiente pesado en la sala y levantó una ceja, intrigado por la tensión palpable en el aire.

—Aquí tienes los documentos que pediste —se acercó al subdirector y le entregó la carpeta.

—Gracias —agarró la carpeta y entonces una idea vino a su mente—. Eres diseñador gráfico, ¿no? —preguntó mientras los demás miembros del equipo se veían entre ellos con una sonrisa de alivio, como si ya hubieran entendido lo que quería hacer.

—Sí, pero hace mucho que no trabajo como diseñador —explicó.

—Estamos cortos de diseñadores —comenzó a explicar—, y la campaña de Synergy Media es crucial.

—¿No se supone que ya se había entregado la campaña para el señor Patrick?

Jimin observó a los demás, ellos negaron con la cabeza y eso bastó para que entendiera que la campaña había salido mal.

—Debemos entregar una nueva propuesta y estamos contra el tiempo. Sé que estás de licencia pero necesito que me ayudes. Necesito un diseñador gráfico y eres el único que puede ayudarme ahora.

Jimin se quedó inmóvil por un momento, sorprendido por la petición. Hacía tiempo que no trabajaba como diseñador, pero la pasión por el diseño gráfico seguía siendo parte de él, aunque la había dejado a un lado.

—Seokjin... —titubeó—, hace mucho que no hago nada relacionado al diseño y con todo lo que ha pasado con Jungkook... no sé si estoy listo para algo así ahora mismo.

El subdirector no apartó la mirada de él, su rostro endurecido por la urgencia.

—Lo entiendo, pero no tengo más opciones. Estamos contra el reloj, y si no entregamos algo realmente impactante, perdemos esta cuenta. Esta campaña es vital para la agencia, y ya hemos perdido demasiado terreno con todo el desastre que ha hecho Hyuwon. Confío en que puedes hacerlo y sé que Jungkook también te pediría lo mismo si estuviera en mi posición.

Jimin desvió su atención de Seokjin y observó a Kevin, Jade y Cindy, quienes lucían al borde del agotamiento. No podía ignorar la responsabilidad que sentía hacia la empresa... y hacia Jungkook.

Suspiró profundamente.

—Está bien —accedió al fin—, pero necesitaré ver qué han hecho hasta ahora y un poco de contexto.

Seokjin sonrió en grande, casi aliviado.

—Gracias. Te pondremos al tanto de inmediato —le hizo una seña para que tomara asiento.

Jimin se sentó en una de las sillas vacías y Kevin se acercó a él con una tablet en mano, mostrando los bocetos y conceptos en los que habían estado trabajando durante las últimas horas.

El ojiazul revisó rápidamente las propuestas, asintiendo mientras procesaba la información. Aunque hacía tiempo que no estaba sumergido en el diseño, sus instintos creativos comenzaron a activarse.

—Estos conceptos tienen potencial, pero son demasiado estáticos —comentó, evaluando las imágenes—. Se necesita algo más que transmita la innovación y energía que busca proyectar Synergy. Yo sugiero que cambien el enfoque, jugar más con los contrastes y arriesgar con los colores.

Seokjin lo miró con una mezcla de admiración y alivio.

—¿Te puedes encargar del rediseño? —preguntó Cindy, ella estaba sentada a su lado derecho.

—¿Yo? —los demás asintieron.

—Sinceramente ya no damos para más —comentó Jade, apunto de dejar que su cabeza reposara sobre la mesa.

—Bueno, creo que puedo hacerlo —dijo un poco inseguro—, pero necesitaré algo de tiempo para ajustar todo, ¿cuándo se entrega la propuesta?

—Mañana a las 12 pm.

Jimin abrió los ojos un poco más de lo normal, tenía menos de 24 horas. Se quedó un momento callado, pensando, ya no iba a poder ir al hospital a ver a Jungkook, pero el señor Hongseok estaba con él, así que estaba en buenas manos. Solo le avisaría y mañana lo vería nuevamente.

—Es posible lograrlo —si trabajaba sin descanso—. Lo único es que lo haré desde mi casa, tengo una bebé que debo cuidar. No puedo quedarme, ¿no hay problema con eso?

—No, ningún problema —le hizo saber Seokjin.

—Excelente entonces, ¿alguien puede enviarme los archivos digitales y darme acceso al servidor?

—Claro, yo me encargo —dijo Kim.

—Me mantendré en contacto con ustedes y cuando tenga el diseño nuevo se los haré llegar a cada uno.

—Gracias por hacer esto —expresó Seokjin con sinceridad.

Jimin sonrió y negó con la cabeza.

—No tiene que agradecerme.

✧✦✧

El motor del auto de la detective Roseanne rugía suavemente mientras se dirigía al hospital. Las luces del sol de la mañana pasaban fugaces a través del parabrisas, creando un juego de sombras en su rostro. Iba repasando mentalmente las preguntas que le haría a Jungkook, ansiosa por obtener su declaración.

Lo que él dijera daría fin a todas las incógnitas y el verdadero responsable saldría a la luz, descubriría si el culpable era Jeon Hyuwon o Lucius Santana. Porque pese a que habían algunas sospechas sobre Jimin, por lo que dijo Hyuwon cuando lo interrogó y la visita del ojiazul al edificio del prestamista, en realidad los blancos principales de Roseanne eran Hyuwon y Lucius.

Su teléfono comenzó a sonar en el asiento del copiloto, interrumpiendo sus pensamientos. Sin apartar la vista del camino, estiró la mano para responder.

Era Hoseok.

—¿Qué pasa?

Roseanne, tienes que volver a la estación. El capitán quiere verte de inmediato.

Roseanne frunció el ceño, sin reducir la velocidad.

—Estoy en camino al hospital para tomar la declaración del director Jeon. Esto es importante, Hoseok. No puedo regresar ahora.

No es una sugerencia, el capitán ha sido muy claro. Quiere verte ahora, no más tarde —Hoseok hizo una pausa, como si él mismo se sintiera incómodo con lo que estaba transmitiendo—. No me dio muchos detalles, pero insistió en que debías regresar. Debe ser grave como para que quiera verte ahora mismo.

Roseanne sintió un nudo formarse en su estómago. Algo en la insistencia de Hoseok le indicó que esto no era una simple orden de rutina. Soltó un suspiro frustrado, sabiendo que no le quedaba opción.

—Bien, voy para allá.

Colgó y giró el volante, dando la vuelta en una esquina y dirigiéndose nuevamente a la estación.

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